sábado, 14 de diciembre de 2013

Sabiduría INUIT cómo funciona el aislamiento térmico


 Sabiduría inuit: cómo funciona el aislamiento térmico
El abrigo típico de los inuits (conocidos antaño como esquimales), campeones en el diseño de prendas aislantes del frío, se compone de una chaqueta larga con el pelo hacia dentro, cubierta por otra chaqueta mucho más amplia con el pelo hacia fuera. Este vestido conserva el calor de una persona a temperaturas de hasta 40 grados bajo cero, y es muy ligero y resistente.
  
La clave de su eficacia está en la triple barrera que ofrece al frío; el pelo exterior, la cámara de aire entre las dos chaquetas y el pelo interior.
 
Es el aire el que mantiene calientes a los inuit en pleno invierno ártico. En realidad el mejor aislante posible es el vacío, que impediría mucho mejor cualquier transferencia de calor de un medio a otro, pero eso es difícil de conseguir en la práctica. En lugar del vacío se usa el aire. No obstante, una masa de aire calentada por un lado tiende a moverse, lo que facilita la indeseada transmisión de calor. Mucho más eficaz será atrapar el aire en pequeñas celdillas independientes, lo que impedirá una fácil transmisión del calor a través de esta estructura compleja.
 Eso es exactamente lo que sucede en las dos capas de pelo, interior y exterior, del abrigo esquimal, con la cámara de aire intermedia como barrera adicional.

Así están construidos todos los materiales aislantes: rejillas o celdillas capaces de almacenar pequeñas cantidades de aire u otro gas en su interior. Los aislantes son ligeros, pues están hechos en su mayor parte de aire. 
A medida que aumenta su grosor, su poder aislante es mayor.
La industria ya ha conseguido buenas versiones artificiales de las pieles o el corcho, magníficos aislantes naturales. Ahora está dando un paso más fabricando una versión práctica del mejor aislante posible, como veíamos más arriba: el vacío. Esto es difícil de conseguir en la práctica porque cualquier objeto en cuyo interior se ha hecho el vacío debe tener las paredes bien resistentes, son pena de ser aplastado por la presión atmosférica. 
Esta dificultad se solventa usando una estructura rígida de multiceldillas de la que se extrae el aire, y que se sella herméticamente a continuación. Los paneles resultantes proporcionan un enorme poder aislante con un espesor mínimo, lo que los hace ideales para frigoríficos ultraeconomizadores y mejoras del aislamiento térmico en casas ya construidas.
 

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